Schindler no está interesado comprar Thyssenkrupp Elevator, la división de ascensores del grupo Thyssen. Según declaró a “Finanz und Wirtschaft” Alfred Schindler, miembro de la Junta Directiva y representante de los accionistas de la familia, además del temor de verse atrapado en una disputa antimonopolio de larga duración, dicha transacción resultaría en un “baño de sangre” para los empleados.
Entre las diversas razones que alude Schindler para no acometer la operación están los problemas de competencia, que podrían traducirse en un riesgo de largos juicios ante los tribunales en al menos cuatro o cinco jurisdicciones diferentes. La dirección de Schindler también está convencida de que la fusión con ThyssenKrupp Elevator causaría enormes dificultades en la cadena de producción, temores que en su día desecharon la opción de una posible fusión con Kone que llegó a estudiarse seriamente.
Para Schindler, si dos grupos activos en la fabricación de ascensores del mismo tamaño se unieran, no solo habría un excedente de mano de obra en todas las ramas del sector, desde la investigación y desarrollo a las tecnologías de la información, pasando por la producción y la cadena de suministro. En consecuencia, también valoran negativamente la posible compra de la división del grupo alemán por parte de Kone.
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